eldiario.es ha sacado a la luz correos y conversaciones de chat entre Javier López Madrid, empresario salpicado por el escándalo de las tarjetas ‘black’, y los reyes Leticia y Felipe, que le profesaban su apoyo incondicional. Esta situación pone en entredicho, de nuevo, la credibilidad y la moralidad de los monarcas, acercándolos aún más al circo de corrupción que tanto daño ha causado a nuestro país en los últimos años. Se puede hasta comprender el punto de vista de los que defienden a la monarquía como elemento necesario en la transición democrática, y aunque podamos no encontrarnos de acuerdo con ello, la España del 78′ no es la misma que tenemos hoy. Es cierto que nuestra democracia aún no ha evolucionado lo suficiente, pero vamos dando pasos, y acabar con la monarquía es uno muy importante. No podemos estar exigiendo libertad e igualdad para todos los ciudadanos mientras mantenemos con nuestros impuestos a una familia cuya función es anecdótica y que se cree genuinamente superior al resto de mortales por la sangre que corre con sus venas. Ese concepto podía colar en el siglo XII, cuando todos éramos campesinos y muy pocos tenían cultura, pero no hoy. Que el rey de España no pueda ser juzgado, haga lo que haga, supone un insulto a la justicia, a la democracia, y, en definitiva, a la inteligencia de sus millones de ‘súbditos’. El mundo está lleno de celebrities que llenen las páginas de revistas para abuelas aburridas, pero no podemos pretender que esta sea la función principal de alguien que debe representar a toda una nación. Cuando hablo de los Borbones suelo decir que son como los zurullos escurridizos: tiras de la cadena pero siempre vuelven. Cuando llegó Pepe Botella a principios del siglo XIX se fueron para luego volver, y en el 31 aceptaron que no les queríamos, para luego volver designados por un repulsivo dictador que mandó a matar a miles de personas sólo por sus ideas. No se trata sólo de ser prácticos, debemos entender que mantener la monarquía supone no pasar página de una de las épocas más oscuras de España.

Republica Proclamacion - 14 abril_zpsezuz21pi¿Por qué república?

La monarquía borbónica no nos representa, y, si tanto estos correos como el caso Nóos terminan resultar en culpabilidad, nos miente y nos roba. Tras cuarenta años de democracia es el momento de hacer justicia a la palabra, regenerar nuestro sistema político, y esto incluye a la figura de la cabeza de estado. De cara a la diplomacia internacional, basta con poner a gente competente, no necesitamos a estas figuras reales para que den mala imagen de nuestro país y generen más risa en la prensa extranjera. Se acabaron los ninguneos. Si no nos gusta la gestión de los ladrones del PP, al menos cuatro años después podemos castigarles con nuestros votos (o no, visto el panorama). En cambio, con la monarquía no podemos hacer eso. Queremos decidir sobre la estructura de estado que deseamos: monarquía o república, incluyendo también en la pregunta posibles modelos alternativos de distribución como el federalista, que garantizarán un mejor repartimiento entre pueblos. Pero este lamentable espectáculo nos tiene a todos ya un poco hartos, y una vez la generación que sufrió a Franco ya no esté entre nosotros ¿entonces qué? Salud y República.

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