Cuando yo era pequeño, de hecho puede que desde antes de nacer, por casa ya sonaban los temas del gran álbum de Pink Floyd llamado The Wall. Años más tarde, cuando ya fui mayor y pude entender el significado de aquellas letras que tanto me gustaban, mi padre me recomendó ver la película. ¿Película? ¿De un disco? ¿Cómo? Eso tenía que ser genial sin duda. Después de hacerle unas cuantas preguntas al respecto, me explicó que había sido escrita por el mismo grupo. Aquello cuadraba más. Después de verla y quedarme atónito (y convertirme en fan incondicional del grupo), entendí muchas cosas.
Desde aquel día han tenido que pasar por lo menos 11 años para toparme con algo que se parezca mínimamente.
El otro día, antes de entrar a clase, un compañero cinéfilo me dijo que había visto una película que podía gustarme ya que estaba hecha por un grupo de metal y como tal no estaba nada mal (una rima de regalo).
Resulta que la película es Imaginaerum y el grupo de metal (sinfónico) es Nightwish. Me gustaría haberles conocido hace un par de años ya que lo habría flipado bastante más (como me pasó con Jack y la mecánica del corazón el año pasado).
La historia de la película es extraña, en ocasiones frustrante ya que uno no se entera apenas de lo que está ocurriendo y eso llega a fastidiar un poco. Por ello creo que es una película que merece dos visionados. Pese esto, de la mitad hacia el final la trama da un giro tan bestia y todo se vuelve tan épico, que merece la pena aguantar los primeros 45 minutos, que tampoco es que se hagan precisamente pesados.
En cuanto a la fotografía (escenificaciones y demás) puedo decir que para estar producida por un grupo de música, no han reparado en gastos y la mezcla entre realidad y virtualidad está mucho más que lograda. Casi da la sensación de que estamos al lado del prota y que sufrimos junto a él sus desgracias. En ciertas partes de la película, a parte de haber un guiño a Origen, algunos paisajes me han recordado a algunos cuadros de Dalí, pero sin las figuras surrealistas que suele haber en primer plano. Hay una escena poco antes del final de una velocidad y un bitch slap (puñetazo en la cara) tan burro, que se podría considerar arte, que dan ganas de gritarle a la pantalla y aplaudir sin parar. No puedo decir más, que se podría considerar spoiler.
En cuanto a la BSO, puedo decir que el metal no me gusta demasiado pero si se le pone el nombre “sinfónico” detrás ya cambia la cosa por completo. Hay ciertos temas de la película que llegan a un nivel de epicidad tan alto que si se cierran los ojos puede uno verse en – inserte escena favorita aquí -. Muy poca gente puede lograr eso.
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Así pues, recomiendo la película a todos los niveles. Mañana me la volveré a ver, para ver si después de llevarnos la hostia en la cara adquiere un nuevo significado.