Este artículo ha sido escrito al 100% por Adrià Esteve. La fotografía de portada es de Víctor Gallardo.
Aquel miércoles 15 de noviembre, a las 22 horas empezaba un impresionante concierto del grupo jamaicano Skatalites, que dejaban anonadada a una sala Apolo que no hacía más que bailar y disfrutar de las vibes y de los ritmos de ska que nos ofrecía la clásica banda de la isla caribeña.
El grupo formado por Val Douglas (al bajo), Azemobo “Zem” Audu (al saxofón tenor), Trabes Antoine (a la trompeta), Trevor “Sparrow”Thompson (a la batería), Natty Frenchy (a la guitarra), Ken Stewart (al teclado), Vin Gordon “Don D” (al trombón) y Doreen Shaffer como voces principales.
Nosotros llegamos a la hora que empezaba el show. Nos entretuvimos un poco, puesto que teníamos que cumplir con la tradición de hacer un bocadillo antes de entrar a la sala.
El conjunto musical empezó a hacer sonar la magia de su música por las paredes de una Apolo, la cual podía reconocer en uno de sus primeros temas un tema clásico llamado “James Bond“ dado que pertenece a la banda sonora original de la primera película de la saga.
Avanzando el concierto fue el turno de la grande Doreen Shaffer, que con sus muy muy bien conservados (quizá más de) 80 años subía al escenario por deleitarnos con su voz y cantarnos unos temas encantadores, como es el caso de “When Y Fall In Love.
A lo largo de todo el show el grupo hizo disfrutar el ambiente de la sala con muchos de los temas, para no decir todos, de su álbum “From Paris With Love“, como por ejemplo “Rock Fort Rock“, la cual la hicieron sonar con unos impresionantes ritmos de reggae. Así consiguieron a lo largo de aquellos armónicos que toda la sala entrara a un punto de uniformidad después de haber estado bailando ska descontroladamente durante un buen rato.
Hubo un momento del evento que nadie esperaba. La cantante Doreen Shaffer se marcó el tema clásico de los Wailers llamado “Simmer Down“.
El grupo acabó el gran concierto con el suyo tema estrella “Guns of Navarone” que cerró una grande e inolvidable noche de ska y reggae, que sinceramente podemos decir que fue mágica para todos los amantes de los ritmos jamaicanos, que se acercaron aquella noche a la Apolo.