Cuando empezaron a tocar Toots & The Maytals en el Main Stage yo estaba en la zona de prensa, en el altillo, esperando junto a Saúl y Ángel a ver si salía Ky-Mani Marley a saludar y hablar un ratillo con nosotros, dado que teníamos que entrevistarle.

Mientras, vi cómo Jaume y Clara (mis compañeros en la aventura) se adentraban en el público perdiendose de mi vista rápidamente.

Solo de guitarra y ansia de ver a Toots Hibbert. Me lo había perdido en Barcelona por culpa de no haber estado acreditado, ya sabéis como van las cosas por la capital catalana, pero esperaba gozarme un buen concierto de las personas que literalmente asignaron la palabra reggae al género musical.

Empezaron con “Pressure Drop”, gran clásico donde los haya. Tal y como leí en otra crónica, parecía realmente que Toots Hibbert se dedicara a bajar su micro o alejarlo para comprobar a cuanta distancia podía ponerse pegando gritos y seguir siendo amplificado, pero realmente, con el vozarrón que tiene, podría haber pasado de micrófonos y se le habría escuchado igualmente hasta Alicante.

Presenciar a tal leyenda viva era todo un honor, un honor que nunca creí que sería posible, pero ahí estaba, no me lo podía creer. Habré escuchado miles de veces sus temas y por fin estaba cumpliendo un sueño (más). Y joder si la presión se notaba. Ha pasado ya casi un año de aquello y la sigo sintiendo.

Siguieron con “Louie Louie”, tema perteneciente a la banda sonora de This Is England, otro clásico atemporal. Me encontré de repente con la cámara colgando del cuello, sin poder hacer fotos, con los ojos cerrados y sintiendo.

Hay ocasiones en las que no hay palabras para describir. Los que estuvisteis allí sabéis a lo que me refiero. Dejó claro que ahí, encima del escenario él era el profesor y nosotros seríamos sus estudiantes. Eso era indiscutible. A continuación dieron un paseo por su discografía, tocando algunos temas que no conocía pero con los que me maravillé igual.

De repente y sin que nadie se lo esperara empezaron a aparecer burbujas en el cielo mientras empezaba a sonar “Guns Of Navarone”, un clásico de Skatalites entonado por Toots Hibbert.. Era todo como demasiado mágico.

Y sin nosotros esperarlo, o bueno, realmente sí, para qué nos vamos a engañar, empezaron a sonar los acordes de “Funky Kingston”. Si la intención era montarse un fiestón sin duda lo estaba consiguiendo.

Parecía que el grupo estaba dispuesto a surfear cogiendo todas aquellas olas que durante los 70 y 80 se convirtieron en señas de lo que sería el género. A todo esta epicidad se sumaba la del estar anocheciendo con tal banda sonora de fondo. Y no llevábamos ni la mitad del concierto, todavía nos quedaba una hora por delante. Por un momento habíamos viajado todos en el tiempo y en el espacio colectivamente y sin necesidad de Tardis alguna.

Solo de guitarra y otro tema que tampoco conocía, como por ejemplo “Bam Bam”.

Pasaron temas y llegó una versión del “Take Me Home, Country Roads”, pero a lo roots. Trozo de pedazo de cover. West Jamaica, Take me home to the place I belong.

Y por fin el momentazo “Monkey Man”. Pocos clásicos le quedaban ya por explotar, aunque para explosiones, las que había provocado en el público.

Acabó el concierto con algun tema más, en los bises, que nos faltaban por escuchar, como pueda ser el gran “54-46 Was My Number”, que trata la detención de Toots Hibbert por la estuvo en prisión por posesión de marihuana.

Acabado el tema, el profeta proporcionó agua a sus discípulos y se bajó del escenario.

Después del concierto esperé pacientemente a que Toots apareciera, junto a Saúl y Ángel y, pese a tener tiempo contado, me dio tiempo de hacerle entender a Toots Hibbert quién era Ángel (se conocían de hacía un porrón de años, cuando este último grabó el documental Wake Up) y que este le reconociera, para alegría de todos.

Seguiremos muy muy pronto con Mellow Mood en el día 17.

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