La cuenta atrás de aquí encima corresponde al tiempo que falta para que podamos ver a Tiken Jah Fakoly en Barcelona, más concretamente en el Festival Cruïlla.

El guerrero pacifista no se rinde, ni se retira de su batalla, armado con sus instrumentos y su micrófono. Son armas peligrosas, pero sabe que matar, a la práctica no va a matar a nadie, no es esa su intención. Aunque puede que me equivoque, hay algo con lo que sí que quiere acabar, una lucha en la que lleva peleando décadas, la de la sed de sangre.

El guerrero pacifista entra en el estudio de grabación en Abiyán (Costa de Marfil) por primera vez en años, acompañado de una banda de músicos local, gran oportunidad para ellos, el casting ha sido duro.

Todos se miran expectantes, y de repente, se hizo la música.

Lástima.

Me encantaría poder acreditar esta foto, pero no tengo ni idea de quién es.

Como siempre, como con todos, tengo miedo de que el siguiente trabajo que hagan sea una mierda de tamaño monumental, el bofetón auditivo del último disco de Pink Floyd sigue resonando en mi cabeza, así como el Man On The Rocks de Oldfield de hace ya unos años, pero Tiken, oh mi querido Tiken, cómo he podido dudar de ti y de tu trabajo. Merezco autoflagelarme por tal ofensa. O quizá no, eso se lo dejamos a los cristianos de bien.

El asunto es que Tiken Jah Fakoly lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a crear arte, ha vuelto a reafirmarse como el músico de reggae en solitario más grande de todos los tiempos, y ha vuelto a Costa de Marfil a pelear por lo que fue y siempre será suyo.

Son 12 canciones de gloria, que se mueven entre los ritmos más africanos adaptados al reggae como en “Kungo” o “Dieu Nous Attend“(recuerdos a esa persona que está en París), que siguen en la línea de los trabajos anteriores, hasta por ejemplo “No No No” que vendría a tener sus buenas nociones de trap.

Y no, definitivamente no estoy siendo objetivo a la hora de escribir sobre este trabajo, salta a la vista que considero a este tipo un pseudo dios de la música del S-XXI, pero es lo que hay, queridos lectores. Si bien Alpha Blondy no ha hecho más que decepcionarme una y otra vez, a Tiken le he visto dos veces, entrevistado una de ellas, y me pareció la persona más humilde sobre la tierra.

No sé cuanto tiempo lleva con la mezcla original de su tierra con nuestra querida Jamaica, pero sin duda es algo que se le da tremendísimamente bien, y no habrá quien pueda negarlo, no hay más que escuchar un poco.

Y si decimos que queremos a África es precisamente por temas como este, “We Love Africa“, canción que sin duda alguna se va a convertir en un himno, como ya lo hizo aquella llamada “African Revolution“.

Y Tiken me seguirá emocionando siempre, haga lo que haga, hasta que de a luz a un zurullo musical enorme, pero sinceramente, dudo que se vaya a dar esta situación. Tanto tiempo dedicándose a la música, si todavía no se ha comercializado, dudo mucho que lo haga con el próximo disco.

Porque si el mundo está caldeado, él es el que va a encender la llama que lo hace arder.

Me cago en dios, que bueno que es.

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Foto de portada y Texto: Víctor Gallardo (@victorgallardm)

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