Han pasado muchos meses desde la parte o de las crónicas del Rototom 2018. Mucho más tiempo del que nos habría gustado a todos, pero a veces pasan cosas, y no todas son agradables. Me gustaría poder empezar este artículo rindiendo homenaje a Ángel Loza, otra vez, que tristemente falleció el día 3 de enero de este presente año. Descansa en paz, compañero. Que la Tierra te haya sido leve, y que volvamos a vernos. Todos los homenajes que pueda hacerle a este hombre van a ser pocos.

 

Empiezo a pensar que debería llamar a esta serie de artículos “Lo que os perdisteis por no ir al anterior Rototom“. Tendría más gancho seguro, pero sigamos por lo importante, que sé que es lo que queréis saber todos. Este era el primer día oficial de festival, pero el día anterior, casi “palmamos”. Si bien nosotros acabamos bien, aunque hechos polvo y calados por la lluvia infernal, este… nuestra ropa… bueno, sobrevivir, sobrevivió, pero no pudimos decir que estuviese seca.

Por la mañana, nos acabamos durmiendo a las 9. Al despertarnos a las 12 y pico, nos reunimos con el resto de la família valenciana, que nos tachó de exagerados (más quisiéramos) y de alarmistas. Cuando Maxi (El Rumañol) vio la evidencia de lo ocurrido dentro de nuestra tienda, en mucha menor medida ya que justo nos habíamos pasado TRES horas secando la tienda por dentro, se ofreció amablemente a ayudarnos a colgar todo lo que pudiésemos enfrente de la tienda de campaña para que se secase lo más rápido posible.

Y bueno, junto a Mònica tocaron los primeros bocadillos vegetales del día. A todo esto, nuestra lechuga sobrevivió milagrosamente, incluído un bote que quedó abierto dentro de la tienda cuando el apocalipsis.

Después del pedazo de trozo de putadón, nos dedicamos a hacer nuestros “quereseres

Ahora que ya hemos acabado con esta trama, pasemos a la subtrama, es decir, el festival. Lo importante era la ropa mojada.

Ese primer día como inauguración, en cuanto a leyendas, o casi leyendas, le tocó el turno a Julian Marley, uno de los hermanos Marley más discretos de la família, pero con enorme talento de todas formas. El concierto empezó con un magestuosísimo Natural Mystic de los Wailers, el grupo de su padre, Bob Marley, y de Peter Tosh y Neville Livingston. Es increíble la facilidad que tienen los hermanos Marley para imitar a su padre cuando cantan temas juntos.

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Cortante como una cuchilla es como empezó a tocar Sharp as a Razor (mis disculpas, estaba a huevo), uno de sus grandes clásicos. Pero eh, el que tenía más flow encima del escenario no era Julian, era el bajista que se trajo a tocar con él, y el teclista. Me cago en la leche. Ahora os dejo un par de fotos.
El bajista me recordaba a alguien muy fuertemente pero no sabría deciros a quien. Y se prendió la psicodelia con un tema que no supe reconocer, pero que para ser sinceros, y como de costumbre en estos casos, sonaba de maravilla.   

También tocó temas nuevos, como por ejemplo el maravilloso “Broken Sail“. Menudo pedazo de tema que supo a verano. Supo a libertad. Y siguió tocando temas y tocando temas hasta que le llegó el turno a otro gran clásico de los Wailers, “Try Me“, este ya de la época de las I Trees, el grupo formado por Rita Anderson, Judy Mowatt y Marcia Griffith. Lo tocaron en clave prácticamente ska, de hecho lo justo sería decir que estaban al 50-50%. Y el solo del teclista, maravilloso, estupendástico. Entretanto, Jaume y yo cada vez estábamos más convencidos de que el tipo del bajo se había hecho más de un bocadillo vegetal antes de salir al escenario.
Enlazaron con Coolin’ In Jamaica, otro de los nuevos temas del bueno de Julian, sinceramente no tan genial como el anterior. Voy a acabar teniendo que hacer una review del nuevo disco de Julian porque me está gustando demasiado. Straighter Roads, meca, como dice el buen asturianu, que no tiene nada que ver conmigo, pero como expresión de sorpresa ya me vale (En el video los dos temas, uno detrás del otro).

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Yo de verdad que no sé qué es lo que fuman para llegar a composiciones tan pop y a la vez roots, a la vez que indie y yo que sé, pero la verdad es que no me negaría a probarlo. Me voy a limitar a fliparlo (otra vez) si no os importa.
Y se hizo el ska. Para qué más. Todavía quedaba media hora de concierto y estaba el show por las nubes. Estando ya por acabar tocó Boom Draw, otro de sus grandes clásicos. No voy a negar que en algunos momentos me perdí en su música, cosas del directo, de no tener photopass y de estar hasta arriba de bocadillos vegetales. Qué se le va a hacer. Sea como sea el artículo lleva ya unas 700 palabras, va siendo hora de ir acabándolo, que acabaremos con más de 1000 y no quiero.
Un buen final para el artículo, así como para acabar el concierto fue el pedazo de trozo de cover que se marcó de Exodus, también de los Wailers. M E C A. Ahí os lo dejo, para el recuerdo.
 

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Pero ese no iba a ser el último tema ya que despues de hacerse rogar para los bises, salió a cantar Three Little Birds. ¿Adivináis de quién? Efectivamente, de los Wailers.
Y así terminó la epicidad del primer día de festival, no sin antes cantar todo el público a coro el estribillo de la canción. Seguiremos con la Parte 2 de las Crónicas del Rototom, y le tocará a Tiken Jah Fakoly.

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