Ya van 6 días de encierro absoluto. Esto empieza a ser un locurón para el que quizá ninguno de nosotros estábamos preparados. Es absurdo y surrealista a partes iguales. Lo veíamos de lejos, llamando exagerados a los chinos y a los italianos, y ahora nos ha explotado en la puta cara. A veces pasa, crees que eres el depredador por excelencia, llega un microorganismo semi-vivo, y le jode la vida a toda tu especie.
También hay que tener en cuenta que el aburrimiento de estar en casa encerrado es supremo, y ello da pie a que me pueda poner a escribir sobre temas que tenía pendientes desde hace muchísimo tiempo, como el tema que vamos a tratar hoy, que lleva en mi cabeza unos cuantos meses. Entonces, la pregunta es: ¿Por qué ahora? Digamos que me han llegado buenas vibras desde Valencia.
Hacía mucho que no me proponían un tema sobre el que escribir. Casi que diría que desde el artículo de Niche Flow, un artículo que se perdió en una de las muchas migraciones que ha tenido esta web los últimos años. Esta vez fue una compañera de aventuras del Rototom 2019 (a la que a partir de ahora conoceremos como Aricatorce), y que espero que ya lo sea para el resto de Rototom(s) a los que pueda ir, la que me dijo que quizá podría escribir sobre una mujer influyente del reggae. Teniendo en cuenta que el panorama musical de Jamaica ha estado controlado y hegemonizado hasta hace poco por EL HOMBRE, y teniendo en cuenta que en este medio se ha hablado francamente poco sobre el panorama musical del reggae femenino, quizá vaya siendo hora, como me parece una situación algo injusta cuando llevamos seis años hablando aquí mayoritariamente de reggae, creo que ha llegado el momento de solucionar este asunto.
Podríamos empezar con Lila Iké, que es la que me queda más cerca ahora mismo en cuanto a conocimiento de su música. Esta no va a ser la última, que no será por cantidad de mujeres influyentes del género de las que hablar.
A esta músico la descubrí justamente en el Rototom 2019, en uno de mis intentos de descubrir nuevos artistas jóvenes con talento, y vaya un pedazo de talento el que fui a toparme de cara. Esta chica de 25 años forma parte del Indiggnation collective, la discográfica de Protoje, persona que ha hecho más por la difusión de la música femenina que todo el resto de productores de la isla. Vergüenza debería darles haber tardado tanto.
El asunto es que recuerdo perfectamente su concierto de tres cuartos de hora en los que se lució como poca gente he visto yo lucirse en el Main Stage del festival. Como me acabo de dar cuenta de que la crónica no está publicada todavía (olé tus huevos, Víctor), pero sí que está escrita, la publicaré cuando acabe toda esta movida, porque fusionar tres series en una me parece algo exagerado y caótico. Lo que creo que voy a hacer es dejaros a continuación un extracto.
“Estábamos los dos (Maitía y yo) con los ojos como platos observando a esta jamaicana correr de un lado a otro del escenario sin pausa, pero claro, es joven, raro sería.
“Where I’m Comming From“, “Gotti Gotti” y “Second Chance” se dejaron sonar en el escenario. No podían faltar. Llegado el momento, la bajista empezó a tocar unos acordes que me sonaban demasiado familiares como para no reconocer el riddim de “Promised Land” de Dennis Brown (más conocido por ser también el “Land Of Promise“ de Damian Marley ft. Nas)
Incluso dejó caer “Sweet Inspiration“, un buen unrelased para que nos fuésemos con buen sabor de boca, a mi entender, su mejor tema hasta la fecha.
El concierto duró poco, pero meca(go en la puta) con Lila Iké. El año pasado (o en 2017, ahora no recuerdo yo bien) ya vivimos una situación parecida con Koffee, que ni dios sabía quien era, y ahí estaba, con sus dos ovarios enfrentándose al Main Stage ella sola.”
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Como suelen decir en inglés para dar a entender que alguien va a llegar lejos, “this girl is going places”. Y, ahora que caigo, es una putada enorme y tremenda que hayan cancelado el concierto de Protoje este día 28 en la sala Apolo de Barcelona en el que la telonera era precisamente ella. Ya volverán cuando pase la tormenta y yo, con un poco de suerte, estaré con mi colega de aventuras del Rototom para presenciarlo, hacer fotos por un tubo y escribir una buena crónica.