Van 8 días que perfectamente podrían, y por lo que acaba de decir nuestro almighty presidente Pedro Sánchez, van a ser 30, pero parece que aquí seguimos, porque si no, no estarías leyendo este artículo (que sinceramente espero que me haya quedado guapo, todavía no lo sé ni yo).
Para ser sinceros, no tengo ni puta idea de quién demonios es Antílopez. Sólo había leído su nombre por ahí y poco más, pero el otro día, esa persona que no conozco pero espero conocer pronto, si el virus lo permite (ya le iré a pedir permiso o algo, yo que sé, es más estricto que mi profesora de lengua castellana de primero de bachillerato), me propuso escribir sobre este EP, que no es un EP, ya que son 20 canciones, es un álbum en toda regla.
Se llama “Artistas desde el sofá de casa” porque parece ser lo han montado, como bien el título dicen desde el sofá de casa. Ojo porque para ser sinceros, Mi “Balada Ovalada” me encanta. Cosas de escribir mientras escucho por primera vez el disco. Sigamos por donde íbamos, el disco está creado a base de colaboraciones, supongo que grabado cada uno en su casa de la mejor manera posible, ahora que hay tiempo no debe ser demasiado difícil. O quizá me estoy montando películas en mi cabeza como de costumbre, lo grabaron convencionalmente y el título es completamente circunstancial. Si les pillo algún día ya les preguntaré. Efectivamente, investigando un poco, parece que es una compilación de colaboraciones que ya tenían creadas de antes. Sinceramente mi peli molaba más.
De las 20 canciones que hay en el álbum, tan sólo dos no cuentan con colaboraciones, las llamadas Cadenas Empalabradas y Como Moscas De La Fruta, en las 18 que quedan se pueden encontrar músicos (a los que en su gran mayoría no he escuchado tampoco en mi puta vida) como por ejemplo Manuel Carrasco, Rozalén, Izal, Rupatrupa (a este sí que le tenía clichado), Chambao, Lichis y otros. Pero eh, que no haya escuchado en mi vida al 95% largo de esta gente no quiere decir que no suene la mar de bien, como es el caso. Me recuerda ligeramente a lo que hizo Panda Dub con Horizons, su último disco, claro que los géneros musicales tratados en estos dos, son completa y absolutamente opuestos.
Cada una de estas canciones tiene un estilo en común pero con variaciones que hacen que el álbum adquiera una especie de mezcla de colores (ya estamos con la sinestesia otra vez) bastante curiosa, y la verdad es que está bien. No sé cuanto tiempo tardarían en montar algo de tal calibre pero, sinceramente, dudo mucho que en cosa de unas dos semanas que llevamos algunos encerrados, (oficialmente a día de hoy cuando escribo va una semana desde que nuestro almighty gobierno decretó el estado de alarma) hayan sido capaces de hacerlo. Muy precipitado todo. La posibilidad de que me esté montando películas remonta posiciones.
Que sea larguito, dura cosa de casi una hora y media, podría parecer algo exagerado, cuando estamos acostumbrados a que los discos duren como mucho unos 45 minutillos, pero ¡oh sorpresa! La baza de las colaboraciones son precisamente lo que lo hace “para nada empalagoso”.
Es un buen álbum, perfecto para ir haciendo cosas mientras nos intentamos dedicar a algo útil.
Hay que ver cómo se nota cuando escribo sobre algo que conozco bien y cuando escribo sobre algo que no conozco en absoluto. El artículo de hoy ha sido más breve, pero es que a ver, encima que os intento entretener, me exigiréis que cada día esté inspirado. ¿Esto que es?
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