Hoy estamos de luto. Hoy y, posiblemente, toda la semana. Aquí va el segundo artículo que jamás pensé que tendría que escribir. Nos ha dejado Toots Hibbert después de pasar desde finales de agosto hospitalizado en Jamaica por Covid-19, y como suele pasar en estos casos, no me lo puedo creer. Demasiadas emociones y sentimientos juntos. Ya lo he dicho.
Sé de la música de Toots desde que descubrí cuando era bastante más joven que Bob Marley tenía hijos que también se dedicaban a la música. Ese fue el principio. Lo que me hizo sentir aquella primera vez escuchando el “54-46 Was My Number” o el “Funky Kingston“, lo flipaba en colorines con el pedazo de voz que tenía. No había nota que se le resistiera.
En 2016, si no recuerdo mal, vinieron por primera vez, al menos desde que me enteré de que venían a Barcelona, y no dudé en mandar una petición a cierta promotora para que me acreditaran. Ante la no respuesta, y la consiguiente llamada, me dijeron que una banda con este tirón se tiene que aprovechar y si para ello se tiene que restringir el acceso a prensa, lo hacían sin ningún tipo de problema. Vamos, que me quedé con las ganas.
Y pasó un año, y en mi séptima edición consecutiva del Rototom Sunsplash conocí a Saúl (aka Sr. Saul M.M.) y gracias a él, conocí a Ángel. Este último ya muchos sabréis que estaba haciendo un documental del documental que hizo en el Rototom 2011 (el primero para mí), y claro, cuando me preguntó si quería colaborar con él, nos vimos en la situación de tener que hacer unas entrevistas que yo ni me creí que pudiésemos hacer.
El universo quiso que uno de aquellos días actuaran Toots & The Maytals en el festival y pese a que me comí todo el concierto desde la zona de prensa (Rototom, devolvédnosla, primer aviso), en aquél momento lo flipé con la capacidad que tenía el hombre de poder cantar a, como dice mi buen compañero Lupo (también allí presente), 9uK4AC4W de cantar a cinco metros del micrófono y que los equipos captaran perfectamente su voz. Después de ver aquello pensé que sin duda alguna podría haber cantado sin micrófono y todo el mundo le habría oído igual. No me puedo creer que no hiciera crónica. Me siento estafado por mi “yo” de hace tres años.
Después del concierto, hacían rueda de prensa, así que tanto Saúl, como Lupo, como yo, nos lanzamos hacia allí tan rápido como una persona que intenta escapar de un duppy, y al entrar Toots a la carpa, yo le hice esta foto a Ángel, la que está al final de este párrafo, el momento del reencuentro después de haberle entrevistado seis años atrás en su documental. Después Ángel procedió a coger una Nikon reflex por primera vez en su vida y me hizo una foto a mí un poco pésima, pero que habría quedado para el recuerdo si hubiese sido capaz de encontrarla en el archivo. Está en mi cabeza. Este disco duro sí que no me va a fallar.

Pasó otro año y en 2018 la providencia quiso que, en primer lugar, vinieran otra vez a Barcelona, y en segundo, yo ya hubiese montado Metronome.press con mis compañeras fotógrafas, así que volví a intentar pedir una acreditación y, esta vez, me la concedieron.
De aquél concierto en la Apolo recuerdo especialmente la impresión que fue el tenerle a menos de dos metros pegando gritos perfectamente armonizados y yo qué sé, era increíble. No sé si habréis estado en muchos conciertos, pero hay algunos que son indescriptibles. El artículo que os he enlazado no hace justicia al espectáculo vivido. Ni aunque lo hubiese escrito Roger Stephens haría justícia. También recuerdo haber sacado 800 fotos y que Xavi Mercadé, gran fotógrafo de conciertos, me preguntara cómo puede ser que me guste tanto quemar sensor. Yo también me hago esa pregunta a veces.
El año pasado y contra todo pronóstico, sacaron un nuevo álbum, el primero en más de diez años. Un álbum que demostraba la excelencia y tremendísima energía que todavía le quedaba por repartir.
Hace tres semanas nos enteramos de que entró en el hospital, hace dos semanas nos enteramos de que le habían inducido al coma, y hoy hemos sabido que ayer nos dejó huérfanos a miles y puede que incluso millones de personas. La muerte es algo natural, pero joder a los que nos quedamos, nos jode que no veas. Hoy ha muerto un gran músico, pero ha nacido su leyenda.
La foto de portada es del concierto de la Sala Apolo de 2018, con la marca de agua de Metronome.press, porque no tenía a mano la original.

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