Pues aquí estoy, después de cinco años intentando que me acreditaran con photopass, con mi acreditación colgada del cuello y escuchando a Kase.O desde la hierba del festival Cruïlla 2k21. Son las 11:30 y creo que va siendo hora de pararme a explicaros a todos cómo he llegado hasta aquí.
Hace unas semanas, cuando supe que me habían acreditado, nos mandaron un mail en el que nos explicaban el procedimiento a seguir para acceder al festival. Para los que vayan a leer esto en años próximos, que sepan que en aquél momento volvíamos a rozar los 5000 contagios diarios de bueno, eso, ya sabéis, que si lo pongo google me penaliza. La cosa es que había que hacer cribaje, y tenía que hacerme un test de antígenos que debía salir negativo antes de poder entrar.
Cuando llegué al recinto, después de dar toda la vuelta a la manzana, encontré la entrada al CCIB, edificio en el que hacían los tests. Allí me comentaron que antes de hacérmelo tenía que ir a por las acreditaciones dentro del festival, cosa que me pareció extraña, pero a estas alturas de la pandemia que es lo que es normal ya. En la puerta me mandaron de vuelta (como era de esperar) y me crucé con los ehem “compañeros” ehem de la sexta, que me ayudaron a entrar en el supuesto recinto para el cribaje de trabajadores y prensa.
Entonces fue cuando mi compañera de Metronome.press, que había llegado después que yo, me dijo que ya estaba dentro. Me volví al CCIB y me pasaron hasta el cribaje después de dar vueltas como un pollo sin cabeza durante una hora.
Una vez se llegaba al Fòrum, había que darle la vuelta entera al centro comercial Diagonal Mar (estando cerca de la playa muchas cosas llevan ese mal nombre). Había mucha gente de Barna Porters, esa empresa de seguridad en eventos conocida por ser explotadores de aúpa con 50.000 personas en plantilla bajo contratos ridículamente precarios, con impresiones cutres de códigos QR que llevaban a la página de la cuenta personal en la que estaban las horas pedidas para el test de antígenos.
Las horas realmente yo creo que era lo de menos ya que el procedimiento era tremendamente ágil. Yo no sé cómo serían los tests de antígenos en el Vida y el Canet Rock, pero lo que a mi respecta, tomaron muestras con tremendas ganas dejandome una molestia bastante interesante en la nariz durante un ratillo. Cero quejas, es lo que toca. Al salir de la zona de cribaje en el CCIB, nos dieron a cada uno una mascarilla blanca reglamentaria para llevar dentro del festival. Después había que esperar entre 15 y 20 minutos a que mandasen el mail con el resultado y si uno era negativo tenía la entrada asegurada.
Mientras esperaba me junté con tres chicos de Barcelona que estaban por allí a los que después se unieron otros dos, que eran de una ciudad cerca de Lleida, puede que Tàrrega, si no recuerdo mal.
Pasados veinte minutos me llegó un email de la organización diciendo que había dado negativo en el test y podía acceder al recinto.
Una vez allí me di cuenta de que habían substituido a Senyor Oca, que aquella misma mañana había dado positivo en, bueno, eso, por Sr. Wilson ft. OBF ft. Belén Natalí, lo cual para mí fue una muy acertada forma de suplir el hueco.
Al ir a por un café, que costó 3’50, que al final fue un frappé, me encontré con mi ex profesor de fotografía de conciertos y ya me quedé con ellos mientras hacían una cerveza entre conciertos. Como no podía ser de otra forma, yo me hice un pedazo de bocadillo vegetal. Hay que seguir las tradiciones.
Cuando terminamos fuimos a hacer fotos a Lágrimas De Sangre, que aquél día no era de los mejores para ellos, sea como fuese no fue un mal concierto, sonaron temas como “La Gente” o “Buen Viaje” y terminaron con su clásico “Voy a Celebrarlo“. Yo tenía la referencia del conciertazo que hicieron en el primer No Callarem en Llefià, Badalona y esta vez no estuvieron a la altura. No todos los días se puede hacer un pedazo de espectáculo.
El siguiente en mi lista era Kase.O, pero antes tocaban Natos y Waor, que no sabía quienes eran. El foso del escenario mediano del Cruïlla estaba ocupado con los baffles de los graves, así que os podéis imaginar la sensación sonora que tuve al hacer fotos allí.
Cuando terminaron las tres canciones que nos daban de tiempo para hacer las fotos me fui a buscar algo de cenar. Esa noche me decidí por un pedazo de pizza ya que era la opción más económica y asequible que puede permitirse un fotógrafo de un medio autogestionado.
Me senté con mis compañeros de gremio y comentamos la jugada hasta el momento. La pizza no estaba mala, pero no costaba lo que me costó.
Fuimos al foso de Kase. O al poco rato y allí la banda nos deleitó con un buen Jazz, cosa evidente siendo el décimo aniversario de su album Jazz Magnetism, pero lo que me sorporendió es que en muchas ocasiones me recordase más a un buen afrobeat, o como diría Sir Segundo I , afrotrap (personaje ilustre del arte underground que me presentó Kuni (otro gran personaje ilustre) hace ya unos años). Kase estaba en su trance, trance que nos transmitió a todos y en cierto momento incluso hizo un cover adaptado del Breathe de Pink Floyd, después de pasar por varios temas del álbum protagonista como “Como el Sol“, y hacia el final, “Renacimiento“, por no hablar de que en más de una ocasión parecía un predicador haciendo arte de su mensaje.
Cuando nos echaron del foso (el espacio para los fotógrafos que hay delante de las vallas del público) me fui a la hierba de delante del escenario mediano ya que el concierto se podía seguir escuchando casi perfectamente, e incluso desde cierto ángulo llegaba a ver una de las pantallas. Cuando terminó me fui a emprender el largo viaje hasta casa, sabiendo que a la tarde siguiente volvería a estar allí en el segundo día de festival.
SR. WILSON ft. BELEN NATALÍ
LDS (Lágrimas De Sangre)
NATOS Y WAOR
KASE O.