Llegué al concierto de Joss Stone después de haber tenido que esperar al tren más de media hora. Salí del metro volando como un fénix y me planté en la carpa de prensa para pedir mi acreditación de foto.

Entré en el foso corriendo y me encontré allí con algunos y algunas compañeras que hacía mucho tiempo que no veía. Faltaba Xavi. Siempre iba a faltar. Era raro que no estuviese él allí.

Stone, por su parte, estava a tope cantando un cover de (insertar tema). Saltaba a la vista que estaba embarazadísima, lo cual demostraba hasta qué punto estaba ella decidida a seguir transmitiendo su arte. Una buena banda la acompañaba, y su voz resonaba por todo el parque de los Jardines de Pedralbes.

Era una lástima que la redactora no hubiese podido llegar por problemas técnicos, le habría encantado el espectáculo. Así pues, esta función recaía otra vez sobre mí. Doble función, sensación única, que dicen.

Entre canción y canción, Stone se paraba a hablar con el público, como si fueran colegas de toda la vida, riendo sus gracias y sus propias gracias.

El escenario por su parte era sencillito, con luces de colores pero siempre con una buena luz blanca encima de la cantante para asegurar que se la veía bien. Gracias. Casi nunca ocurre.

Y su voz de potente soul se seguía colando irremediablemente en nuestras cabezas como si tuviesemos delante, no sé, a Tina Turner, por poner un ejemplo. Mick Jagger eligió bien al llamarla para formar parte de Superheavy junto a él, Damian Marley, Dave Stewart y A.R. Rahman.

De hecho así es como la descubrí yo en 2011, y desde entonces ya no le había perdido la pista. Lo que no sabía yo es que se desenvolvía muy bien en un escenario. Incluso en su estado.

Hasta a mi padre le habría encantado asistir a ese concierto. Era muy de su estilo.

Yo, que no cubría un concierto de soul-blues desde el concierto de John Mayall en Barcelona en 2016, aquí estaba, otra vez de nuevo en uno, gozando como un crío. Cada canción era mejor que la anterior.

Y justo cuando no me lo esperaba, empezó un temazo cuya instrumental me recordó mucho a Van Morrison. Lo tenía todo. Sólo faltaba que me regalase un tema de su época de SuperHeavy y me podría marchar de allí más feliz que una perdiz, pero un poco triste. Sappy, como decía un ser de luz que me iluminó un tiempo.

Y se hizo el reggae también en una canción que no supe reconocer pero sin duda no era de SuperHeavy. Incluso se atrevió a mashupear el “Turn Your Lights Down Low” de Bob Marley. Increíble espectáculo.

Por no hablar que pidió al público que le dijeran como se decía “move your ass” en castellano, a lo que repitió un par de veces “levanta el culo” hasta que tuvo suficiente. Fue en ese momento al empezar la siguiente canción cuando me di cuenta de que sonaba mucho como debió sonar Amy Winehouse en sus buenos tiempos si es que algún día los tuvo.

Y en otro momento, bajó del escenario y se paseó por la platea mientras abrazaba y saludaba a todo el público posible mientras un foco amarillo bastante potente la alumbraba bien desde la mesa de luces.

Se volvió a hacer el buen reggae de nuevo con tremendo estilazo haciendo un cover de Cocoa Tea, concretamnte la canción Young Lover mezclado con con otros tremendos temazos. Uno detrás de otro. Como por ejemplo Be Careful de Matthew McCannuff o Nobody Move de Yellowman, World a Reggae de Ini Kamoze o Here I Come de Barrington Levy. Incluso le metió el Bad Boys de Inner Circle y One Good Spliff de Ziggy Marley para volver a Be Careful de Matthew McCanuff junto al Nobody Move de Yellowman, todo traídisimo de una forma increíble ¿Qué demonios estaba pasando allí? ¿Era esta la reina del mashup? A ver quién más fue capaz de reconocer todos esos temas.

Habría que hacer mención a lo increíble que sonaba su pedazo de banda cuyos integrantes eran un saxo, una trompeta, un bajista con un flow acojonante, casi igual que el de ella, un par de guitarras, un batería, dos coristas y una teclista.

Fui buscando plata, y encontré rodio.
No hubo SuperHeavy, pero hubo buen soul y buen reggae, así como en ocasiones una muy buena psicodelia también con explosiones y orgasmos auditivos varios.

El concierto acabó a las 11:32 pero hubo tiempo para unos pocos bises después de una ovación tremenda del público.

Para terminar os dejo una de las grandes frases que nos dejó para el recuerdo:

“No seáis víctimas de la mierda de otra persona”

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