Bienvenidos a una de las crónicas más especiales que he escrito en casi 10 años cubriendo conciertos. Esta es la historia de cómo gracias a estar en el lugar adecuado en el momento adecuado uno puede hacer que las cosas tomen un giro inesperado y alucinante.

 

Como ya muchos sabréis, el bueno de Tiken Jah Fakoly, leyenda viva del reggae africano donde las haya, visitó Barcelona para presentar su nuevo disco “Braquage de pouvoir“. Fue un sold out alucinante. Pocas veces había visto la sala Apolo tan llena y menos con el foso para periodistas y fotorreporteros habilitado.

 

Pero empecemos por el principio. Nuestra historia empieza un día antes, cuando trajimos a Tiken desde París para hacer unas grabaciones para unos futuros planes que tenemos. Visitamos algunos sitios concretos de Badalona y Barcelona, y fue francamente increíble, pero no haré crónica de eso, más bien esa es la causa de que pudiéramos grabar el concierto entero al día siguiente. Hay que agradecer al festival Cruïlla (los promotores) que nos permitieran hacerlo. 

 

Vaya, se me ha colado un spoiler, qué le haremos.

 

Ese día no iba yo solo, no íbamos Jaume y yo solos, éramos un equipo de cinco personas (habríamos sido seis de haber podido asistir el equipo entero) y se nos presentaba uno de los retos más importantes de nuestra vida, al fin y al cabo esa iba a ser la primera vez que se grabaría un concierto entero de este artista en Barcelona.

 

Una vez estuvimos todos en nuestros puestos, empezó el concierto y nos pusimos a grabar. El primer tema fue “Dernier Appel“, de su anterior disco, del mismo nombre, que salió en 2019. Con él nos invitó a viajar a África esa buena noche de principios de primavera.

 

Increíble la energía, a sabiendas que estaba el hombre con anginas, (esa información sólo la sabiamos unos pocos privilegiados) no le detuvo ni al principio, ni a la mitad, ni al final. 57 años tiene.

 

Seguimos con “Le Peuple A Le Pouvoir“, también del nuevo disco. Los integrantes de la banda eran prácticamente los mismos que en los otros cuatro conciertos suyos que he cubierto de Tiken (uno en el Rototom y tres del Cruïlla contando este). La única diferencia notable era el guitarra solista, que no era el que nos coló en el backstage en el concierto del 2019. Las coristas, el del kora y el bajista, todos eran los mismos esta vez.

 

Mientras cantaba algunos temas más, no pude evitar pensar en lo fácil que podría haber sido que Tiken colocara unos micrófonos enfocados al público y dejar que ellos se encargaran, dado que fuese en francés, mandinka, wolof o inglés, repetían casi cada coro de las canciones. Increíble espectáculo. Y menudos delays de piano y guitarra. Y menudo el bajo. Y joder con Tiken.

 

Yo, como de costumbre, estaba haciendo fotos como un loco, además de intentar hacer cuantos más planos de vídeo alternativos posible.

 

Otros temas destacables fueron “Tonton d’America” (Coup De Gueule, 2004), “Gouvernement 20 ans” (Braquage de pouvoir, 2022), “Massa” (Braquage de pouvoir, 2022) y “Religion” (Braquage de pouvoir, 2022), entre muchas otras.

 

Mientras pasaba todo, yo no podía evitar ver a Adrià y a Yone (los dos cámaras que estaban conmigo delante de las vallas grabando) yendo de aquí para allá, sin parar de moverse, sin parar de captar, alucinando con todo, como yo.

 

Después de “Gouvernement 20 ans” hizo un pequeño discurso sobre el hecho de que a los africanos les gusta mucho decir que Dios es grande y que él provee, pero que hay que moverse y hacer cosas para llegar a los sitios.

 

El concierto o, no sé, mejor dicho, acto por la liberación de África y ritual chamánico, duró casi dos horas, en las que se repasó parte del repertorio de casi todos sus álbumes y de casi todo su nuevo disco en su totalidad. Bien podríamos haber hecho un viaje en el tiempo también.

 

Hacia la mitad del concierto sonó el gran clásico “Plus rien ne m’étonne” (Coup De Gueule, 2004). Como os podréis imaginar fue una locura colectiva. Y toma patada de Tiken al aire.

 

Habría que comentar también que el Korista(el que tocaba el kora) no llevaba uno clásico, era más bien una especie de doble guitarra.

 

Ya para el final, después de “Le Monde Est Chaud” (2019), hubo un momento en el que empezaron a sonar unas baterías muy intensas y todos los presentes en el escenario se pusieron a saltar, bailar e incluso a hacer una especie de conga. Por supuesto, y como era de esperar, más locura colectiva.

 

Antes de terminar, por supuesto, también sonaron “Ouvrez les frontières” (L’Africain, 2007) y “Òu est-ce que tu vas?” entre otras.

 

Una de las frases que quedarán para el recuerdo es:

A la gente le encanta venir a África, pero luego cuando nuestros hijos intentan ir a otros lugares les dicen que no, entonces, si tu quieres visitar mi casa, tu me vas a tener que dejar ir a la tuya, hermano.

El concierto terminó con el single principal del último disco, “Braquage de pouvoir“.

Así fueron una hora y cincuenta y dos minutos de concierto de este gigante al que podremos volver a ver en agosto en el Rototom Sunsplas








































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