Quedan dos conciertos. Es curioso, siempre que estoy de retiro la gente relacionada con los eventos me trata mejor de lo que se me ha tratado nunca, y esta vez Tangerine, la promotora que traía a Boogie Belgique, se ha lucido para bien. Liam, ets un jefazo.
Dicho esto, empecemos por el principio. Yo esperaba que el concierto que os voy a contar ocurriese en octubre del año pasado, pero por la razón “x” que fuera, no pudo ser. Así pues, cuando supe la siguiente fecha, me aseguré de estar acreditado y al llegar el día me fui para una sala que no había pisado todavía, La Nau.
Es una sala íntima, no muy grande, podríamos decir que como una Apolo 2 más chiquita. La hermana pequeña de Apolo 2. Cuando llegué estaban tocando DamnMostaza, tremendo grupazo que descubrí allí mismo, y poco después cuál fue mi tremenda sorpresa al enterarme de que tenía acceso al backstage. Yo, tremendísimo fan de Boogie Belgique (sé que tengo el iceberg pendiente de escribir), tenía acceso libre al backstage y al escenario. Tremendo.
El concierto empezó con el clasico de los clásicos “Pax“. Chill instantáneo. Empezar con un classic con rollito reggae de regalo es una apuesta asegurada.
Seguir con “Chicago“, del mismo disco que “Pax” fue todo un acierto, una forma muy suave de empezar a dar cañita con los temas del nuevo disco.
Esto se dejó ver ya en el tercer tema con “How Deep Is The Ocean“, pasando por “Avenoir“, dos de mis canciones favoritas que son de este último trabajo “Machine“.
Volver a los clásicos estilo Boogie Belgique es volver a “Go Slow“, del disco “Volta“. Otro de mis temas favoritos. Hay que mencionar que las luces no eran las mejores para hacer fotos, pero algo pudo salvarse. Siempre me quedará la duda de si el señor Cromheecke (el productor del grupo) me hizo el favor de poner alguna que otra luz blanca cuando se lo pedí antes de que salieran al escenario.
Sonaron entre otras “The Bartender“, un clasico, y después “Wonder“, “Tales of Old“, “Mercury” y “Pepper’s Ghost” del nuevo disco para empezar a terminar con dos clásicos más: “Forever And Ever” y “Everytime“.
Y para terminar del todo, como no podía ser de otra forma, se dejaron llevar con “Goodnight Moon“, la guinda madre de las guindas del pastel que fue el tremendísimo concierto de esta buena gente.
Boogie Belgique lo parte modernizando música de hace décadas en Barcelona. Y espero que lo vuelvan a partir por aquí pronto.