aproximadamente 320.000 personas han llegado ya a las costas europeas abarrotando las principales islas de Grecia e Italia, desbordadas por el gran numero de refugiados procedentes de Siria, Iraq y Afganistán entre otros. El numero de fallecidos en el mar se cuenta a miles mientras que se empiezan a encontrar camiones repletos de refugiados que han perecido durante el viaje (como los 70 inmigrantes fallecidos, incluidos mujeres y niños, en un camión frigorífico en Austria). También son frecuentes las noticias de rescates de cientos y cientos de personas rescatadas por la Guardia Costera Italiana y Griega en las costas mediterráneas cuando éstas intentan cruzar el mar en un intento desesperado de salvar la vida. ¿La respuesta europea? Levantar infinitas vallas con alambres en las fronteras para detener a los refugiados que no solamente han conseguido sobrevivir a una devastadora guerra, sino también a un peligroso y exhausto viaje por mar y tierra. Cruzando medio continente, familias enteras, deshidratadas y cansadas se topan con una gran alambrada en Erdine (entre Turquía y Grecia), otros encuentran el modo de pasar levantando las peligrosas barreras entre Bulgaria y Turquía. En Hungría se establecerá un vallado de 130 km de 4 metros de altura mientras el gobierno Heleno dispone barcos de refugiados para aliviar las crisis humanitarias vividas en las islas abarrotadas de Grecia. En España está previsto reforzar las alambradas de Ceuta y Melilla para impedir la entrada de más inmigrantes que huyen de la precaria situación de sus respectivos países africanos. Ante ‘el inminente peligro’ que suponen los refugiados e inmigrantes que consiguen entrar en Europa, también se reforzará la seguridad en Caláis (entre Francia e Inglaterra) en una acuerdo entre Hollande y Cameron en un intento de detener ésta ‘plaga’ (tal y como califica éstos movimientos demográficos David Cameron). Así mismo, el Parlamento Húngaro se plantea reforzar las leyes para los inmigrantes que cruzan sus fronteras de manera ilegal así como penas de prisión e intervenciones policiales (lo que implica el uso de pelotas de goma y gases lacrimógenos) Por suerte, la ciudad de Barcelona se está planteando seriamente ofrecer la capital catalana como ciudad refugio para los más necesitados, que huyendo del horror vivido en su hogar y que, siendo rechazados por Europa mediante alambradas y policías, podrán ser atendidos por numerosas ONGs, voluntarios y cooperantes. Jaume Sendra.

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