página web, con la promesa de recorrer España en coche, escuchando íntimamente la voz de la ciudadanía para regresar y revitalizar al PSOE devolviéndole la credibilidad como fuerza de izquierda. Algunos dinosaurios del partido creen que el dirigente debe pasar a un segundo plano, mientras que muchos votantes ven en él la esperanza de recuperar el país para la mayoría. Andrea Levy, del PP, ironiza diciendo que Pedro Sánchez se va a dejar coleta. ¿Pero podemos creer a Pedro? El candidato socialista ha mantenido su no al PP y a sus políticas hasta las últimas consecuencias, lo cual es digno de admiración, pero Pedro Sánchez nunca ha sido un gran líder de izquierdas. Su programa electoral ni siquiera se oponía a la mayor parte de reformas del TTIP y en el pasado fue consejero de Caja Madrid votando contra la cuidadanía en materias clave como las polémica venta de preferentes. Tampoco hay que olvidar que tras las elecciones del 20-D pactó con Ciudadanos un acuerdo de gobierno que abaratía el despido por parte de las empresas y subía el salario mínimo un mísero 1%. Quién sabe, igual este tour por España le sirve a Pedro para leer a Marx y a Engels por primera vez y regresa sabiendo lo que es el socialismo más allá de las falsas siglas del PSOE. Aunque eso es poco probable. [caption id="" align="aligncenter" width="674"] La próxima vez que lo levantes, Pedrito, cree en lo que significa.[/caption] En la entrevista que este domingo le hizo Jordi Évole en Salvados, Sánchez se mostró abierto e indignado con las presiones que durante meses ejercieron los barones y grandes medios como ‘El País’. ¿Su objetivo? Evitar un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy, máxime si formaban parte de ese pacto los ‘extremistas’ de Podemos y los ‘diablos’ independentistas. Y lo lograron. También admitió haberse equivocado con Podemos, abriendo de par en par la puerta a un acuerdo de gobierno si logra recuperar el control del PSOE. Pero ¿por qué no lo dijo antes? El discurso del ex-secretario general suena al de un hombre derrotado y resignado, conocedor de las estructuras de poder pero incapaz de moverlas un milímetro. Por ello mismo, su propuesta de renovación parece vacía, tanto por la persona de la que viene como por la complejidad de la estructura oligárquica del partido que mató al socialismo en España hace ya 42 años: el mismo que nos metió en la OTAN, lideró un grupo terrorista o promovió la reforma laboral en 2010. Las sospechas de una ciudadanía cada vez más cínica nos llevan a pensar rápidamente que todo puede ser un movimiento interno del partido. Tras el vuelco a la abstención las encuestas de intención de voto son catastróficas para el PSOE, que no sólo sería sobrepasado por Podemos sino que caería casi al nivel de Ciudadanos. Bajo esta premisa, no es difícil imaginar que este movimiento de revitalización de Pedro puede ser una forma de recuperar al votante tradicional que huiría despavorido tras la entrega del poder al neofranquismo que han fraguado este fin de semana. Ya es cuestión de cada uno si nos creemos o no esta revitalización, pero existen muchos motivos para no hacerlo. Pedro, dices ser de izquierdas, demuéstralo de una vez.