Construir y justificar secuelas es complicado, especialmente si se trata de continuar tras la estela de un clásico. Es el caso de T2 Trainspotting, continuación de la rompedora película de Danny Boyle que en 1996 se convirtió en uno de los films británicos más reconocidos internacionalmente. Si la original exploraba la juventud a través de una vida de excesos, drogas y engaños, su secuela afronta la madurez de los personajes ante vidas completamente distintas, mientras estos padecen nostalgia por sus días de locuras, del mismo modo que el espectador siente nostalgia por una película, recordando lo positivo y olvidando lo negativo del modo que una nueva obra jamás estará a la altura. Pero no nos engañemos: con un ojo en el pasado y otro en el futuro, Trainspotting 2 es una película cojonuda, recordándonos todo aquello que nos enamoró de aquella Edimburgo decadente post-Thatcher al mismo tiempo que elabora más sus personajes y construye nuevos significados.
Recordaréis cómo terminó Trainspotting: Mark Renton (Ewan McGregor), viendo que sus amigos eran unos cabrones con la excepción de Spud (Ewen Bremner), huyó con el dinero de una venta de drogas y se prometió a sí mismo en el monólogo final que se reformaría, que tendría una vida normal como la de ‘todos nosotros’. Lógicamente, la vida no es tan sencilla. Veinte años después, Renton regresa derrotado a Edinburgo para enfrontarse a su pasado y sus acciones. Sick Boy (Johnny Lee Miller) sigue metido en el mundo de los trapicheos con negocios de chantajes y el proyecto de montar un burdel con su amiga búlgara, Veronica (Anjela Nedyalkova) de los restos del asqueroso pub de sus padres, que ya nadie frecuenta. Como es evidente, el rencor por la traición de Renton es un tema recurrente de la cinta, especialmente en el caso de Begbie (Robert Carlyle) que ha pasado 20 años en prisión con sed de venganza y es un loco cabrón todavía más peligroso de lo que lo era antes.
[caption id="" align="aligncenter" width="567"] Volvemos a los baños guarros, sí.[/caption]T2 es una película sobre la madurez y la nostalgia: cada una de estas personas ha cambiado durante estos veinte años, ahora tienen cuarenta y tantos tacos, hijos o responsabilidades, pero siguen añorando su pasado. Sickboy se lo recuerda a Renton en una de las frases más memorables: ”Eres un pasajero de tu propia juventud”. ¿Y no es eso parte natural de hacerse mayor? Será interesante hablar con gente que la pudiera ver en los cines en su día, que comparen dónde se encontraban en sus vidas entonces yuxtaponiéndolo con el hoy y el ahora. Para reforzar temáticamente la trama tenemos múltiples reactuaciones y recuerdos de momentos de la primera película (cosa que parece no haber gustado a la crítica). Una cosa es vender un remake como una película nueva (la horrible Star Wars 7 viene instantáneamente a la cabeza) reciclando absolutamente todo, y otra continuar una historia teniendo en cuenta lo sucedido anteriormente (recordemos, 20 años es mucho tiempo para que el espectador medio recuerde detalles). Pero nuestras vidas son así: nunca conseguimos pasar página del todo, siempre estamos cargando ese peso. T2 es la mejor secuela que podría haber sido.
Lógicamente ayuda que sea una película muy entretenida y divertida, con comentarios que hacer. La escena en la que Renton y Sickboy se cuelan en un garito de fundamentalistas británicos protestantes es genial, siguiendo con el metacomentario sobre Gran Bretaña que fue la original. T2, a diferencia de Trainspotting, no se basa completamente en una novela de Irvine Welsh, tan sólo tomando prestados algunos elementos del segundo libro: ‘Porno’ (2002) en pro de una narrativa original. El discurso ‘Choose Life’ de la original se ve ampliado con la obvia irrupción de los móviles y los redes sociales en nuestras vidas, aunque es algo que solo se toca de manera superficial y que no es central para ninguna de las subtramas. El personaje que más sorprende es Spud: ya sabéis, el inútil que se cagaba en las sábanas en casa de los padres de su ligue. Él es quien, al final de todo, más madura, aunque lógicamente no lo consigue por la vía sencilla.
¿Vive T2 Trainspotting en la sombra de la película original? Por supuesto, como lo hacen prácticamente todas las secuelas en cualquier medio, pero es una película muy bien dirigida, producida, actuada y montada que rinde homenaje al mismo tiempo que amplía elementos. No cambiará el mundo ni tendrá el impacto que consiguió Trainspotting, pero des del primer minuto se nota que se ha hecho con mimo y que tanto actores como director han puesto pasión en su trabajo. ¿Quieres una nota porque así es como funciona la crítica superficial? 4 estrellas de cinco, aunque lo preferible es que te sientes en la butaca y tomes tus propias conclusiones. Elige la vida.