Una sala hasta los topes, una calurosa tarde de jueves y los vibrantes sonidos de “Tsukamori” encendían la mecha de Rufus T. Firefly, que vinieron dispuestos a derrochar todo el amor y energía del mundo sobre la rebosante [2] de Apolo.
La adormecida voz de Víctor Cabezuelo y los acordes de “Loto” siguieron caminando hacia la naturaleza más profunda, mientras que “Demogorgon” se encargaba de adentrarnos en ella. Sin duda, la actuación fue de menos a más. “Pulp Fiction” y su misteriosa energía siguieron con lo suyo, mientras que Julia no se daba ni un solo respiro. Quizás la idea de situarla en un rincón del escenario no hace justícia con el protagonismo de sus baquetas, pero nadie se lo piensa cuando toca rendirse a sus pies.
Un partido que se fue remontando minuto a minuto, adentrándose en una “Nebulosa Jade” oscura y misteriosa que desata el sentimiento de cualquier intruso. La psicodelia y el ritmo incansable de Julia, decidieron dar paso a la traca final de la mano del intenso tema “Druyan Sagan”, dejando sin aliento a todos los valientes que le intentaban seguir el ritmo. “Final Fantasy” fue la encargada de protagonizar la primera escena de un apoteósico final, revolcándose en lo más profundo de un mundo ideal que daba paso al temazo “Magnolia” y su
característica e imperfecta psicodelia.
Víctor y los suyos se rindieron a los pies de todo el amor que les dio Barcelona, emocionados por el cariño de todos los asistentes que los acariciaban entre aplausos. Estaban tan a gusto, que durante la actuación se animaron a improvisar algo más de la cuenta con el permiso de unos asistentes que agradecían la bocanada de aire fresco.
A buen seguro que los de Aranjuez no dejarán de colgar el cartel de “Sold out” por donde quiera que vayan.
Texto: Javi Rodríguez
Fotos: Ale Espaliat