El hombre en cuestión
El miercoles 15 del presente mes me detectaron en la sala, se presentó un hombrecillo de rastas largas y cenizas, de mirada acuosa y desgastada, que solo al subir al escenario me pareció ido. Me dio la impresión de no estar en su mismo plano. Un individuo más bien de pocas palabras pero sin pelos en la lengua, su talante imponía aun no siendo poseedor de grandes vestidos ni aspecto muy elegante. Más bien austero, galante en gestos, su aura de pobreza era de gran nobleza, era todo un aristócrata de Judá. Este viejo león rugió para un grupo reducido en una sala tradicional de Barcelona en la que tuve el placer de ser invitado.
Así es, si este hombre menudo en estatura lo viéramos rondando por las calles del Raval igual se nos ocurriría tirarle una moneda. No es un artista reconocible, parece venir de una orden mendicante y que se arrepientan vaya a predicar su enajenación mental. ¿Verdad que no estoy haciendo muy buena publicidad? Este hombre no la necesita, no la busca, ha sido buscado por muchos que andaban perdidos, esos que no encuentran su lugar dentro de las murallas babilónicas. Este hombre se ha alienado de la alienación en la que estamos sumidos, al verlo no me queda duda.
La leyenda
Íbamos con tiempo de sobras para ser un día normal, pero supongo que no era un día corriente, la prensa presagiaba lo peor, Barcelona estaba ardiendo, las revueltas se sucedían una tras otra. No sabíamos que podíamos augurar las calles, así que fuimos precavidos, salimos de la capital del Maresme con tiempo suficiente para ir y volver dos veces. Cierta información nos llega de los músicos que no llegaron, que el concierto podría cancelarse. Lo cierto es que llegamos con normalidad, un poco de tráfico al llegar a la Ciudad Condal pero como un día cualquiera. Barcelona tenía la apariencia de siempre, todo se hizo con cotidianidad, no vimos ningún alboroto ni nada parecido. Cuando llegamos fuimos a tomar algo en un bar cercano, una cerveza bien fresca para mojarnos los labios. Con estos preliminares y cenados nos dispusimos a entrar en la Sala Apolo con la seguridad que se celebra el concierto. Hemosmos visto el autobús de los músicos.
Resulta que cuando estamos haciendo la cola para entrar, podremos entrar directamente siendo prensa pero unos amigos que no son del gremio nos acompañaban, nos asaltaron una voz diciendo que nos equivocamos de concierto. Un argentino nos había identificado como extraterrestresen un concierto lleno de argentinos. Se trata del concierto de “Las pastillas del abuelo”, una banda del país australiano con un nombre muy divertido. Nos retiramos de la cola y nos sorprendimos que el concierto de Max Romeo se hiciera en la sala 2 de Apolo, Max es una leyenda, ¿A qué se debe un lugar tan pequeño para él? Será verdad que no hay ningún escenario pequeño, solo actuaciones exclusivas. Si bien estoy siendo clínico, esta vez me lo tomo como verdad, un hombre con tanta trayectoria en su género, con álbumes de los mejores del reggae, un superviviente de las raíces no puede ser para menos.
El león ruge
Poco tiempo después de que abrieran las puertas entramos, nos encontramos con los músicos de gran talento en el escenario. Se consideró de Purple D’lyte And The Raw Bitz Band, esta banda dio muy buena vibra y presento al hombre que habla sobre el amor, el Romeo del reggae. Max Romeo venía a presentar un álbum “Mundos de los valientes” y no venía solo, venía acompañado por sus hijos Azzizi y Shana Romeo y su banda soporte The Roots Heritage. Puro talento en el escenario en lo que fue un cruce entre sus viejos trabajos y los nuevos proyectos. No dejaron de sonar canciones de su mítico álbum “War Ina Babylon” así como temas nuevos como “The World Is On Fire”, que son las soplos de aire fresco para la música reggae moderna aunque provenga de un pureta como Romeo.
Ya en la introducción describo a este personaje, mi impresión al oído cantar es la de escuchar un viejo león, escuche la experiencia hecha música, sus líricas son muy potentes, sobretodo en el momento político en que nos encontramos. El mundo de Romeo nos presenta una Babilonia siempre en guerra, un caos de fuego, fuerzas demoniacas y políticos corruptos. Es una mezcla entre política y política, estos son terrenos donde está bien y el mal están en lucha, mientras que en la estadística son fuerzas ocultas las que están en disputa, en la política parece ser la clase dirigente y el pueblo el que está en conflicto . Babilonia nos quiere siempre en disputa entre nosotros, la clase más baja, el pueblo. Romeo no nos dice de luchar en Babilonia, nos dice de salir de ella.
Sobre el contexto
El concierto fue un éxito, se vivió con pasión por todos los que estuvimos allí, un amigo que nunca había ido a un concierto de reggae y se convenció para entrar nos expresó que nunca había vivido nada igual. La voz de Max es tranquilizadora pero también es combativa. El ambiente en Cataluña y Barcelona es de rebeldía, asistir a este concierto es un acto de rebeldía, es una música que va contra cualquier estado represor, su mensaje es de paz, libertad y lucha. Ir con los ojos abiertos es salir de cualquier partidismo o fanatismo. El rastafari no mata por Jah, Vive por Jah, el rastafari no mata por su libertad, es rastafari porque se siente libre. Es ahora un buen momento para reflexionar todo lo que rechazan los rastafaris, el porqué lo hacen. No es un momento para el enfrentamiento, la violencia es legítima en la autodefensa, es el arma del pueblo en contra de la fuerza desequilibrada del capital. La violencia no tiene por qué ser ciega como nos hacen creer pero tampoco es un fin en sí mismo, el diálogo en cambio es medio y fin a la vez. Para terminar diré una cosa que aprendió por mi propia experiencia: “La violencia puede servir para que no aplasten pero lo que realmente te hace avanzar es el trabajo y la comunicación”. Trabajar también puede ser un acto violento pero con sentido. Sería interesante trabajar por un mundo mejor lleno de amor como predica nuestro artista. “La violencia te puede servir para que no te aplasten pero lo que realmente te hace avanzar es el trabajo y la comunicación”. Trabajar también puede ser un acto violento pero con sentido. Sería interesante trabajar por un mundo mejor lleno de amor como predica nuestro artista. “La violencia te puede servir para que no te aplasten pero lo que realmente te hace avanzar es el trabajo y la comunicación”. Trabajar también puede ser un acto violento pero con sentido. Sería interesante trabajar por un mundo mejor lleno de amor como predica nuestro artista.