Hacía más de tres años que no pisaba Razz, mi tercera querida casa. Hay cosas que hacen demasiado daño y obligan a cerrar puertas un tiempo, pero ahí estaba yo, otra vez, en el foso que tantos buenos recuerdos me traía.

Ni siquiera recuerdo cuál fue el último grupo que vi en esta sala, puede que fuese Milky Chance, en una fecha indeterminada.

Y por una vez había llegado allí dentro incluso antes de la apertura de puertas. Cuál fue mi sorpresa al hallarme ahí, solo por una vez con el foso para mí. Durante las tres primeras canciones sería (casi) completamente libre.

A las nueve de la noche en punto salieron los dos fake abuelos adorables encima de una tarima con una fachada enorme con francamente poca luz encima que apenas dejaba ver nada de ellos abajo del foso y casi las tres primeras filas, pero los sonidos eran demasiado profundos como para que importase demasiado.

Durante casi todo el concierto estuvieron acompañados por N’Zeng (el trompetista), Troy Berkley, y un rapero francamente bueno del que no he encontrado nombre aunque en ocasiones se quedaban ellos dos solos en el escenario.

En una de estas me di cuenta de que toda la sala estaba mirando atrás, donde se hallaba uno de los dos abuelos haciendo scratch con su tocadiscos portable.

Hay que reconocer que L”Entourloop saben cómo hacer música, y también como ofrecer un muy buen espectáculo en directo, por no hablar de las visuales que había detrás del escenario, en el que había el buen detalle de poner el nombre del artista con el que era la colaboración de la canción o la original del remix.

Que no faltasen por sonar Push The Limits y Want It Back fue casi la guinda del pastel de aquella noche.

Dos momentos tremendamente interesantes fueron ya hacia el final del concierto, que fue y se hizo demasiado corto.

El primero cuando se marcaron uno de los remixes dub (por no decir el único) más increíble que he escuchado del Barcelona de Freddy Mercury y Montserrat Caballé para las olimpiadas de Barcelona 94

El segundo, cuando mezclaron uno de sus temas importantes con el tema Kill Kill Kill de Big Red. Absolutamente magnífico e inesperado.

A todo esto, si yo estaba en trance y puede que también en otro planeta, la chica de las mechas azules que tenía delante probablemente estaba más en trance que yo y puede que incluso en otro universo.

Para terminar no podía no salir Skarra Mucci, que apareció justo cuando por mi cabeza rondaba ese pensamiento de dónde estará ese hombre si no es aquí.

El espectáculo terminó tan rápido, en un momento estaba todo dios saltando y al siguiente ya se estaban abriendo las luces y los artistas saludando, que más de uno se pensó que ese final era una broma, pero cuando se cerró el “telón” nos quedó bastante claro que no iba a haber muchos bises.

Al salir de la sala me encontré con dos chicos que habían asistido que me preguntaron que donde íbamos de fiesta (recordemos que no les conocía de nada ni les había visto antes) y al no saber qué decirles nos pusimos a filosofar sobre el impacto que tiene el marketing de la música en la recepción de la misma por parte del público. 

Les había desvelado casi sin querer un secreto bien oculto, una jugada maestra del aspecto de los abuelos  l’Entourloop y eso había provocado que se lo replanteasen todo, para llegar a la conclusión de que realmente su música seguía siendo una maravilla de estos tiempos. Y no les falta razón.

error: Content is protected !!